Hoy se termina la JMJ en Madrid. Han sido 7 días, durante los cuáles jóvenes (y no tanto) de todas partes del mundo, se han reunido en Madrid para recibir al Papa y vivir juntos su fe.Personalmente, no soy religioso (agnóstico-determinista, según mi amigo David), ni me acerco para nada al cristianismo (no sé si el hecho de haber estado 14 años en un colegio católico ha generado el efecto contrario..), pero no veo está reunión como algo negativo. Entre otras cosas, porque el comportamiento de los jóvenes ha sido ejemplar en todo momento y han dado una inyección de alegría y entusiasmo a la ciudad.
Lo que no veo tan bien, es que dado que España es un país laico, se subvencionen los gastos con dinero público. Aunque es cierto que los peregrinos también dejan beneficios durante su estancia, el balance sale negativo y el dinero público es algo con lo que no se debería de jugar.
Otra reflexión que se me viene a la cabeza, es por qué, la Iglesia convoca estas jornadas; en principio, solo destinadas a jóvenes(el futuro)... Prefiero no pensar en ello, porque aunque no soy religioso, no me gustan que se haga negocio con las creencias más profundas de las personas. Ahí queda eso.
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