El Ajedrez: juego de listillos

Últimamente estoy jugando mucho al ajedrez. Me sirve de distracción y además, creo que despierta a mis neuronas del largo letargo generado por el período estival. También lo hago pensando en que queda poco para empezar las clases (5 de septiembre, en mi caso) y conviene tener el cerebro "rodado" por lo que pudiera pasar.

Me acuerdo, que de pequeñito nadie quería jugar conmigo porque solía ganar, así que siempre me tocaba jugar contra el ordenador, pero entonces el desesperado era yo... Y es que una victoria en el ajedrez sube mucho la moral.
La prueba de ello, es que hasta el inventor de este juego era un poco "vacilón", y es que la leyenda cuenta lo siguiente:

El rey indio Sheram se encontraba muy triste por la muerte de su hijo. Nadie conseguía animarle hasta que uno de sus súbditos, Seta, le mostró el nuevo juego que había inventado. El Rey, poco a poco, fue aprendiendo hasta que se hizo un gran jugador. El monarca agradecido, le dijo a su creador que le concedería cualquier recompensa. Seta le propuso que le diera un grano de trigo por la primera casilla del tablero, 2 por la segunda, 4 por la tercera , 8 por la cuarta... Al Rey, le parecía poca cosa... pero como era su deseo, pidió a los matemáticos del reino que calcularan la cifra exacta de trigo que debía regalar al súbdito.

El número de granos de trigo pedido era tan enorme que nunca hubiera podido ser alcanzado. Finalmente, Seta fue condenado a muerte por ofender al Rey.